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Por Ivette Estrada

La evaluación de un líder tiene tres dimensiones o focalizaciones sobre el tipo de capital que posee según el doctor Tomas Chamorro-Premuzic, autor de ¿Por qué tantos incompetentes se convierten en líderes y cómo solucionarlo?

Los tres tipos de capital son intelectual, social y psicológico. Tales factores nos permiten “calificar” el potencial y valor de un profesionista, pero también establecer parámetros de autocrecimiento y focalizarnos en nuestras áreas potenciales.

El capital intelectual es el conocimiento, pericia, habilidades y experiencia. De una manera simplista podríamos definirlo como “todo aquello que se puede reportar en un currículum o en el perfil de LinkedIn”. Incluye títulos, capacidades, idiomas, reconocimientos, autoría de artículos periodísticos o libros, entre otros.

De ahí la importancia de actualización, prácticas e incluso activismo social para permanecer “vigentes”.

El capital social representa nuestros contactos y acceso a distintas personas. Si durante la década de los 50 y 60 se asumió que “los contactos significan contratos”, la idea que aún prevalece es que cuanta más gente conozcas, más éxito tendrás.

Esto demuestra la importancia de cuidar e incrementar nuestras redes y establecer “lazos” con personas de nuestra industria y de otros sectores económicos. Incluso con personas de distintas profesiones Entre más heterogéneo es nuestro grupo de contactos, mayor el es la percepción de éxito que se transmite.

El capital psicológico, por otra parte, significa su capacidad de aprendizaje, curiosidad, determinación, resiliencia, autocontrol, inteligencia emocional, empatía e integridad. A cualquier organización le interesa centrarse más en esa parte y menos en las otras. Lo consideran más personal y en términos comunes es sinónimo de la aptitud o enfoque natural para procesar hechos y entornos.

Ahora, conviene reflexionar sobre nuestra riqueza personal en cada una de estas tres áreas y fortalecerlas continuamente. Es parte sustancial para incrementar nuestro valor personal y de mercado.

El capital tripartito es lo que conforma nuestra marca personal y la percepción que corporativamente o en cualquier grupo se tiene de cada uno de nosotros.

La educación formal es sustancial, pero también nuestra capacidad de involucrarnos con distintos grupos de personas, generar alianzas y apoyo, y estar siempre abiertos a las posibilidades que nos brinda la vida. Esos tres ejes pueden ser el eje de partida para catapultarnos intrínseca, pero también abonar a una imagen de nosotros ante el mundo.

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