
Por Luis Martínez Alcántara
Durante la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrada en Tegucigalpa, Honduras, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, propuso la realización de una “Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y el Caribe”. El objetivo de esta iniciativa es fortalecer la integración económica regional, basándose en la prosperidad compartida y el respeto a las soberanías nacionales.
Sheinbaum destacó que, en el actual contexto de cambios profundos en el comercio mundial, es esencial que los países de la región unan esfuerzos para enfrentar desafíos comunes. Subrayó que América Latina y el Caribe no solo comparten proximidad geográfica, sino también una historia y cultura que los vinculan, lo que facilita la colaboración en áreas como comercio, educación, ciencia y energías limpias.
Enfatizó la importancia de la autosuficiencia alimentaria y sanitaria, proponiendo la creación de plataformas de agencias reguladoras que faciliten la producción y reconocimiento mutuo de medicamentos fabricados en la región. Estas acciones buscan garantizar el bienestar de los pueblos latinoamericanos y caribeños mediante la cooperación y el apoyo mutuo.
Además, Sheinbaum hizo un llamado a atender la movilidad humana desde una perspectiva humanista, abordando las causas estructurales de la migración, como la desigualdad, el desempleo y la violencia. Rechazó la criminalización de los migrantes y abogó por soluciones que respeten los derechos humanos y promuevan la justicia social en la región.
La propuesta de la presidenta mexicana refleja un compromiso con la unidad y solidaridad regional, buscando consolidar una América Latina y el Caribe más fuertes y cohesionados. La convocatoria a esta cumbre representa un paso significativo hacia la construcción de una comunidad regional que priorice el bienestar económico y social de sus habitantes, respetando siempre la soberanía de cada nación.