
Por Monserrat Californias
Entra en vigor la primera fase de la Human Tissue Act 2024 en Irlanda, un cambio significativo en la legislación sobre donación de órganos. A partir del 17 de junio, todos los adultos mayores de 18 años serán donantes de órganos automáticamente tras su muerte, salvo que opten por no participar o pertenezcan a grupos excluidos. El objetivo inmediato es aumentar el número de donaciones y, en consecuencia, salvar más vidas .
Este nuevo sistema es conocido como “soft opt‑out”: aunque se presume el consentimiento, las familias siguen siendo consultadas antes de cualquier extracción. Si una persona decide no donar, puede registrarse en el Registro Nacional de Exclusión Voluntaria y los familiares ya no serán abordados sobre el tema. Quienes no hayan optado por fuera donantes, también deben ser residentes habituales o llevar al menos un año en Irlanda.
La implementación también incluye la figura del “miembro familiar designado”: un familiar cercano que será consultado para confirmar la voluntad del donante o expresar objeciones. Además, la ley permite por primera vez la donación “altruista no dirigida”: una persona viva puede donar un riñón a quien lo necesite, aunque no lo conozca, sujeto a la supervisión de un panel independiente.
Esta reforma sitúa a Irlanda a la par con las mejores prácticas internacionales en trasplantes de órganos, donde actualmente más de 600 personas esperan en lista y más de 200 reciben un órgano cada año. La Health Service Executive (HSE) gestionará el Registro de Exclusión y será responsable de difundir información y apoyo a los ciudadanos.
Los expertos insisten en que, aunque es un paso positivo para aumentar las reservas de órganos y salvar vidas, la comunicación con los familiares es esencial. El llamado es claro: si no deseas ser donante, regístrate para no serlo, y conversa con tus seres queridos para que tu decisión sea respetada. Con esta fase uno ya en marcha, Irlanda da un salto legal con repercusiones reales en la salud pública.