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Por Redacción

Austin, Texas – 10 de noviembre de 2025 – Elon Musk, fundador de SpaceX y Tesla, emitió una advertencia impactante sobre el misterioso cometa interestelar 3I/ATLAS durante una reciente aparición en el podcast “The Joe Rogan Experience”, sugiriendo que el objeto podría no ser un simple cuerpo celeste natural y que su impacto potencial con la Tierra sería catastrófico, capaz de “obliterar un continente… o algo peor”. El cometa, el tercero conocido de origen extrasolar tras ‘Oumuamua y 2I/Borisov, ha capturado la atención global desde su descubrimiento en julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Chile, y su trayectoria hiperbólica lo coloca en rumbo de colisión potencial con el sistema solar interior, alcanzando su perihelio –el punto más cercano al Sol– el 30 de octubre de 2025. A pesar de las especulaciones, la NASA ha mantenido un silencio oficial, limitándose a monitoreos remotos sin pronunciamientos públicos sobre las anomalías reportadas.

Descubierto el 15 de julio de 2025 por el sistema de alerta de asteroides ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), operado por la Universidad de Hawái y financiado por NASA, 3I/ATLAS se clasificó inicialmente como un cometa interestelar debido a su velocidad de 26 km/s, superior a la velocidad de escape solar de 42 km/s, confirmando su origen fuera de nuestro sistema solar. Con un tamaño estimado en 1,6 km de diámetro –comparable al de Manhattan–, el objeto exhibe características inusuales: una cola que se expande rápidamente, un chorro de gas invertido y una aceleración no explicada por la gravedad solar, observadas por el telescopio Hubble en imágenes de alta resolución del 20 de julio de 2025. Espectroscopía del Very Large Telescope (VLT) de la ESO en Chile reveló una composición rica en níquel –hasta un 15% más que cometas locales–, un elemento raro en cuerpos interestelares naturales, lo que ha alimentado teorías de origen artificial.

La intervención de Musk ocurrió el 5 de noviembre de 2025 en el episodio 2.347 de “The Joe Rogan Experience”, grabado en el estudio de Austin, Texas, y transmitido en Spotify con más de 10 millones de reproducciones en las primeras 24 horas. Rogan inició la discusión preguntando sobre el “silencio anormal” de la NASA ante las anomalías de 3I/ATLAS, a lo que Musk respondió: “Esto no es un cometa ordinario. Su trayectoria no encaja con la física newtoniana pura, y el níquel… eso grita ‘no natural'”. El empresario, quien dirige SpaceX –responsable de misiones como el monitoreo de ‘Oumuamua en 2017–, especuló que el objeto podría ser una “sonda alienígena” similar a la propuesta por el astrofísico de Harvard Avi Loeb, quien en su libro “Extraterrestrial” (2021) argumentó que ‘Oumuamua era tecnología extraterrestre. Musk advirtió sobre el riesgo de impacto: “Si algo del tamaño de Manhattan, con esa velocidad y composición, golpea la Tierra, obliteraría un continente. Imaginen Tunguska en esteroides”, refiriéndose al evento de 1908 en Siberia, donde una explosión equivalente a 15 megatones de TNT arrasó 2.000 km² sin cráter detectable.

La NASA, a través de su Oficina de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), confirmó el 1 de agosto de 2025 que 3I/ATLAS no representa una amenaza inminente de colisión, con una probabilidad de impacto inferior al 0,001% en los próximos 100 años, basada en datos del telescopio Pan-STARRS en Hawái. Sin embargo, la agencia ha evitado comentar las especulaciones de Musk, limitándose a un comunicado del 7 de octubre de 2025: “Estamos monitoreando el objeto con telescopios terrestres y el James Webb Space Telescope (JWST), que capturó espectros el 15 de septiembre mostrando emisiones de hidrógeno anómalas”. Críticos como el astrónomo Phil Plait, en su blog Bad Astronomy del 8 de noviembre, acusaron a Musk de “sensacionalismo”, argumentando que las “anomalías” son explicables por outgassing irregular y que el níquel es común en meteoritos. No obstante, Loeb respaldó a Musk en un tuit del 6 de noviembre: “El silencio de la NASA es preocupante; necesitamos una misión de aproximación como la propuesta para ‘Oumuamua”.

El perihelio de 3I/ATLAS, ocurrido el 30 de octubre a 0,25 UA del Sol (37 millones de km), generó un pico de brillo visible a simple vista en el hemisferio sur, alcanzando magnitud 2,5 –comparable a Júpiter–, según observaciones del Observatorio Europeo Austral (ESO). El objeto, visible desde México con telescopios aficionados hasta diciembre de 2025 en la constelación de Eridanus, ha sido fotografiado por el orbitador chino Tianwen-1 en Marte el 20 de octubre, revelando una coma de 50.000 km de diámetro. Su trayectoria lo llevará a 1,2 UA de la Tierra en enero de 2026, sin riesgo directo, pero Musk urgió en X el 7 de noviembre: “Preparen defensas planetarias; no esperen a que sea tarde”.

La controversia ha desatado teorías en redes sociales y foros como Reddit, donde un hilo en r/SpaceXMasterrace del 31 de julio de 2025 acumuló 50 comentarios especulando que 3I/ATLAS es “Wormwood” bíblico o una operación financiera de Musk para impulsar acciones de SpaceX. Videos en YouTube, como “Elon Musk Just Issued a Warning About 3I Atlas” del 7 de octubre (1,2 millones de vistas), han amplificado el pánico, con títulos sensacionalistas vinculando el objeto a extinciones pasadas. En respuesta, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) emitió un boletín el 9 de noviembre, confirmando observaciones desde el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) en Puebla, que detectaron emisiones de metano inusuales, y recomendando calma: “No hay amenaza inminente”.

Musk, quien ha invertido 100 millones de dólares en el Planetary Defense Coordination Office (PDCO) de NASA desde 2020, propuso en el podcast una misión de desviación con Starship modificada, estimando un costo de 500 millones de dólares para un lanzamiento en 2027 si el riesgo aumenta. Su advertencia, aunque especulativa, resalta la vulnerabilidad humana ante amenazas cósmicas: el 99% de objetos interestelares pasan desapercibidos, y eventos como el de Chelyabinsk en 2013 (20 metros, 500 heridos) demuestran la necesidad de vigilancia. Mientras 3I/ATLAS se aleja, el debate impulsado por Musk podría acelerar fondos para defensas planetarias, recordando que, como dijo en el podcast: “Nunca me suicidaría… pero el universo sí podría intentarlo”.