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Por Redacción:

Ciudad de México.- Elegir la preparatoria es mucho más que un paso intermedio hacia la universidad. Es, en realidad, una de las etapas más decisivas en la vida de los jóvenes, pues ahí se despiertan intereses, se consolidan hábitos y se definen caminos que marcarán su trayectoria profesional y personal. En un contexto global donde la tecnología, la innovación y la gestión financiera avanzan a una velocidad sin precedentes, cada decisión académica se convierte en una inversión estratégica. En este escenario, las certificaciones durante la preparatoria son una herramienta clave que acelera el desarrollo de habilidades, abre rutas hacia proyectos laborales, becas, primeras prácticas y permite tomar decisiones universitarias mejor informadas.

En nuestro país, los datos muestran una brecha importante entre lo que estudian los jóvenes y las oportunidades a las que acceden. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO, 2021), en México sólo 66 de cada 100 jóvenes que concluyen la preparatoria ingresan a la universidad. Quienes lo hacen tienen mayores posibilidades de conseguir empleos mejor remunerados y con mayor estabilidad. 

El World Economic Forum (2025) subraya que la educación actual debe transformarse para responder a retos globales como los cambios demográficos, las revoluciones tecnológicas y la necesidad de garantizar mayor equidad. En un mundo donde las aspiraciones y trayectorias profesionales son cada vez más diversas, los sistemas educativos deben ser flexibles, adaptables y personalizados, capaces de ofrecer rutas que respondan a los intereses individuales de los estudiantes y a las necesidades de la sociedad.

En este contexto, certificarse desde la preparatoria no es un lujo, sino una necesidad. Comenzar temprano permite a los estudiantes llegar a la universidad con un lenguaje técnico básico, hábitos de trabajo en proyectos y evidencia concreta de sus conocimientos. Además, cada certificación se convierte en un logro visible, con aplicación práctica inmediata, lo que eleva la motivación académica y construye un portafolio que narra la historia de aprendizaje del estudiante con claridad y resultados verificables.

En este contexto, Abismael Reséndiz director nacional de Prepa Tecmilenio enfatiza que: “Los estudios de nivel medio superior son más que un requisito académico o social que cumplir. Son la puerta hacia la construcción de un futuro profesional, el inicio de la identificación de un propósito de vida y metas de los jóvenes. Por ello, la preparatoria se convierte en una de las etapas más importantes en la vida de cualquier estudiante, que requiere guía y acompañamiento especializado.”

En Prepa Tecmilenio los estudiantes son acompañados a descubrir su propósito de vida y a certificar sus habilidades desde la preparatoria. Las certificaciones en Tecnología (Python), Creatividad e Innovación, e Inversión y Finanzas Personales no sólo fortalecen competencias técnicas, creativas y financieras, sino que ayudan a los alumnos a identificar sus talentos y a proyectar con claridad sus próximos pasos hacia becas, prácticas profesionales o decisiones universitarias mejor informadas. Cada certificación los coloca en contextos prácticos que les permiten construir un portafolio de evidencias con logros concretos.

En un escenario donde los jóvenes enfrentan retos como la informalidad laboral, la desigualdad de oportunidades y la acelerada transformación tecnológica, las certificaciones durante la preparatoria son una herramienta para transitar con mayor seguridad entre la escuela, la universidad y el mundo laboral, abriendo posibilidades reales de crecimiento y de construcción de trayectorias más estables y significativas.