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Por Redacción:

Ciudad de México, 23 de octubre de 2025. La comediante Rosie O’Donnell sorprendió a fans y críticos al nombrar a Keanu Reeves como uno de los peores invitados en su programa The Rosie O’Donnell Show (1996-2002), durante una entrevista en el show australiano Sam Pang Tonight emitida el 13 de octubre. “Amo al tipo, pero no es bueno en talk shows: Keanu Reeves”, confesó O’Donnell, de 63 años, recordando una entrevista en vivo de 1997 donde el actor, entonces de 33 y promocionando The Devil’s Advocate, respondía con monosílabos que la obligaron a intervenir directamente: “Sabes, Keanu, es un talk show. ¡Tienes que hablar!”.

O’Donnell, quien recientemente reavivó su feudo con Elisabeth Hasselbeck de The View, relató el incidente con humor autocrítico: “Le preguntaba ‘¿Cómo va todo? ¿Cómo te sientes?’, y él: ‘Bien’. Estábamos en vivo, no podíamos grabar de nuevo. Después de tres minutos, se lo dije directo”. La anécdota, grabada en 1997 cuando Reeves era el galán de Hollywood post-Speed, resalta su fama de reservado: el canadiense, conocido por su timidez en entrevistas, solo soltó risas breves y respuestas cortas, dejando a la anfitriona improvisando para llenar el silencio.

A pesar del mal rato, O’Donnell aclaró que no hay rencor: “Es un hombre encantador y de buen corazón; no quiero tirarlo bajo el autobús. Volvió en 2001 y le agarró el truco”. En esa segunda visita, Reeves, ya estrella de The Matrix, se mostró más relajado, respondiendo a preguntas sobre su aversión a los talk shows: “No me siento cómodo con ellos, pero son divertidos. Está bien”. El clip de 1997, revivido en YouTube, ha acumulado millones de vistas, con fans elogiando a O’Donnell por “hacer sentir cómodo a introvertidos como Keanu y Winona Ryder”.

La revelación, parte de una charla sobre sus mejores y peores invitados —Barbra Streisand como favorita y Martin Short como “el más gracioso”—, resalta el contraste entre la efusividad de O’Donnell y la serenidad de Reeves, hoy de 61 años y estrella de John Wick. En Australia para su gira Common Knowledge, O’Donnell bromeó: “Reeves es adorable, pero en vivo, necesitaba un empujón”. El incidente, inofensivo y nostálgico, humaniza a un ícono callado: en un mundo de charlas interminables, su silencio fue el peor (y mejor) chiste.