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Morena aseguró el control de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en San Lázaro gracias a una maniobra política con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Por Luis Martínez Alcántara 

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Morena aseguró el control de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en San Lázaro gracias a una maniobra política con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó la mayoría calificada de Morena y sus aliados, el PVEM decidió ceder 15 legisladores a la bancada morenista, lo que le permitió a Morena sumar 251 legisladores y mantener el control de la Jucopo, el órgano de decisión política y administrativa más importante en la Cámara de Diputados.

Sin embargo, este movimiento ha generado controversia. De los 15 diputados cedidos por el PVEM, 10 ya eran militantes de Morena, aunque fueron presentados como candidatos del PVEM en las boletas electorales.

Esta estrategia ha sido criticada por varios actores políticos y académicos, quienes argumentan que ha distorsionado la votación y la distribución de escaños plurinominales, otorgándole a Morena y sus aliados una mayoría calificada que, según ellos, no reflejaba el voto popular.

Tanto consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) como magistrados del TEPJF han señalado que esta táctica de utilizar coaliciones para eludir los límites constitucionales a la sobrerrepresentación representa un retroceso democrático.

Según el consejero del INE, Jaime Rivera, esta estrategia permite transferir triunfos uninominales a partidos con escasa fuerza electoral, inflando sus resultados. La magistrada Janine Otálora también advirtió sobre la desproporción generada, que ha beneficiado a Morena y sus aliados con un número desproporcionado de escaños de mayoría y plurinominales.

La maniobra realizada entre Morena y el PVEM para asegurar el control de la Jucopo ha generado críticas sobre la representatividad y la justicia del sistema electoral. Aunque la legislación permite ciertas flexibilidades en las coaliciones, la percepción de manipulación y distorsión del voto popular podría tener implicaciones a largo plazo para la confianza en el proceso democrático en México.

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