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Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación a asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

A nivel mundial aumenta la población actual de voluntarios de 55 y más años. Existen dos posibles para esta tendencia. Uno, que existe mayor compasión entre mayor se tiene y, por ende, se trata de apoyar a los menos favorecidos. El otro es que se reportan mejores niveles de salud y felicidad entre quienes ejercen una labor filantrópica respecto a quienes no realizan un trabajo social.

Los países con el mayor porcentaje de voluntarios de 55 y más años son Egipto, Nigeria, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos que reúnen del 42% al 46%.

Asimismo, India tiene un alto porcentaje de voluntarios de 55 y más años (38%). El voluntariado es una fuerte tradición en la cultura hindú.

Ahora, los países de altos ingresos como Francia, Alemania, Italia, Japón y Corea del Sur, tienen el porcentaje más bajo de voluntarios de 55 y más años (~8%-9%). Al mismo tiempo, estos países de altos ingresos per cápita,  tienden a realizar menos horas de voluntariado a la semana cuando son voluntarios.

Los países con un número relativamente alto de horas de voluntariado a la semana (por ejemplo, de 11 a 15 horas a la semana) son China, Malasia, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.

Entre los países que lideran el deseo de ser voluntario se encuentran Indonesia, Nigeria y Corea del Sur.

Entretanto, los países con un deseo relativamente bajo de ser voluntarios entre los que actualmente no lo son están Australia, Francia, Alemania, Japón, Suecia y el Reino Unido (19%-24%)

Si bien el tamaño y la distribución de estas oportunidades varían ampliamente entre los países, el análisis solo capta la oportunidad de los países encuestados, pero el potencial económico de la participación social de los adultos mayores es incuestionable.

Ahora, más allá del empleo y el voluntariado, el aumento de la participación social de los adultos mayores también puede conducir a una mejor armonía social a través de una mayor cohesión intergeneracional y la inclusión de las voces de los adultos mayores en el discurso político.

Para aquellos que buscaban oportunidades de voluntariado, las barreras más comúnmente citadas fueron la “falta de oportunidades atractivas” (33 a 44 por ciento de los encuestados) y “preocupaciones de salud” (16 a 40 por ciento). Además de estos hallazgos, existen varias barreras sociales y conceptos erróneos que impiden el progreso de los adultos mayores que buscan oportunidades para participar:

Creencias obsoletas sobre la edad como asumir que la vejez está relacionada con una menor capacidad para funcionar de manera efectiva.

Esfuerzos aislados en todos los sectores. La falta de coordinación entre los sectores puede significar que los esfuerzos bien intencionados no cumplan con las expectativas.

Acceso desigual a las oportunidades. Esto a menudo significa que los adultos mayores que podrían beneficiarse más de las oportunidades de participación social de alta calidad se están perdiendo.

Lagunas en el apoyo estructural. La ausencia de estas políticas y programas gubernamentales puede impedir que otros sectores brinden a los adultos mayores la oportunidad de asistir como oyentes a cursos universitarios sin obtener un título, por ejemplo.

Lagunas en los datos como no medir las contribuciones nacionales de las personas mayores al voluntariado o el porcentaje de adultos mayores que desean participar en actividades comunitarias).

En si, fomentar la participación social de los adultos mayores requiere un enfoque que abarque a toda la sociedad: desde los gobiernos que invierten en la creación de oportunidades hasta los empleadores que dan forma a lugares de trabajo inclusivos para las personas mayores.

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