Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido declarado culpable de tres delitos graves relacionados con la compra de un revólver en 2018. Los fiscales argumentaron que Hunter mintió en un formulario obligatorio de compra de armas al declarar que no consumía drogas. Los jurados lo encontraron culpable de mentirle a un traficante de armas con licencia federal, hacer una afirmación falsa en la solicitud y tener el arma ilegalmente durante 11 días.
Hunter Biden podría enfrentar hasta 25 años de prisión cuando sea sentenciado por la jueza Maryellen Noreika. Sin embargo, es poco probable que un delincuente primerizo reciba la pena máxima, y no está claro si la jueza le impondrá tiempo tras las rejas. Este veredicto ocurre en un año electoral, donde tanto Hunter como el principal rival político de su padre, Donald Trump, han sido condenados por jurados estadounidenses, agregando un giro legal significativo a la campaña presidencial.
Joe Biden ha mantenido su distancia del juicio federal en Delaware y ha dicho poco sobre el caso, evitando cualquier apariencia de interferencia. Sin embargo, los aliados del presidente están preocupados por el impacto que esta condena puede tener en su campaña y en su imagen pública. Aunque Hunter Biden y Trump han argumentado que son víctimas de la política del momento, Joe Biden ha declarado que aceptará el veredicto y no buscará perdonar a su hijo.
Los problemas legales de Hunter Biden no terminan con este juicio. En septiembre, enfrentará un juicio en California por no pagar 1,4 millones de dólares en impuestos.
Además, los republicanos en el Congreso han indicado que seguirán persiguiéndolo en su intento de impeachment (proceso de destitución) contra el presidente. La fiscalía presentó pruebas embarazosas y testimonios personales durante el juicio, incluyendo imágenes y vídeos que mostraban el uso de drogas de Hunter Biden, lo que buscaba demostrar su estado de adicción en el momento de la compra del arma.
Por Luis Martínez Alcántara.