°La comunidad científica inconforme advierte que ese cambio jurídico representará un retroceso de 20 años para la conservación de la naturaleza en México
°La Conabio es considerada el INEGI de las plantas y los animales de México
°En los últimos cinco años sólo ha servido para dar empleo a ex operadores políticos de Morena en cargos que debían desempeñar científicos de carrera

De error tras error y a punto de finalizar la actual administración, un nuevo conflicto confrontará al gobierno federal con la comunidad científica, debido a que el grupo gobernante está por publicar en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que desaparecerá la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio), creada el 16 de marzo de 1992.

Se prevé que la entidad será convertida en una dirección general en la estructura de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Los científicos inconformes advierten que ese cambio jurídico representará un retroceso de 20 años para la conservación de la naturaleza en México.

El cambio estructural, que reducirá la importancia de Conabio al dejar de ser un organismo intersecretarial para convertirla en una oficina de rango menor dentro de una secretaría de gobierno, se intenta materializar con el “proyecto de decreto por el que se adicionan diversas disposiciones al Reglamento Interior de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales”.

Éste fue difundido por la Presidencia de la República el pasado 4 de marzo y después, a partir del 6 de marzo, fue sometido a consulta pública por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).

Quedará para la historia que la Conabio fue un organismo pionero y ejemplo a nivel mundial por ser mayor banco de información y con la información más nueva posible, sobre el estado de los ecosistemas de México. Es decir, la Conabio es considerada, hasta hoy, el INEGI de las plantas y los animales de México.

Ese organismo mexicano ha sido premiado por diversos organismos internacionales e imitado por otros países. Sus decisiones se tomaban por un comité de varias secretarías de Estado y para funcionar cuenta con un fideicomiso que le permitía hacer proyectos y programas de largo plazo.

La estrategia jurídica del gobierno para que la Semarnat absorba a la Conabio y así eliminar su independencia de decisiones y planes, es el colofón de un proceso de erosión de cinco años en que el gobierno se ha negado a aportar un solo peso al fideicomiso intersecretarial del organismo, pero en el que además ha colocado a ex operadores políticos del partido Morena en cargos que debían desempeñar científicos de carrera.

Científicos de diferentes instituciones han advertido el daño que se le hará al país al desaparecer la Conabio, mediante cartas enviadas a la Conamer, para argumentar los daños que se provocarán al país si una administración pública temporal, como es un gobierno, controla políticamente la generación e interpretación de datos sobre la salud de los ecosistemas.

Entre las críticas al decreto presidencial enviadas a la Conamer, sobresalen las de biólogos que tienen reconocimiento mundial por su lucha por salvar la flora y fauna contra amenazas graves, como es el caso de Rodrigo Medellín, Patricia Balvanera, Exequiel Ezcurra o Jorge Soberón, quienes alertan que ese cambio jurídico representará un retroceso de 20 años para la conservación de la naturaleza en México.

La Conamer había recibido, a través de su portal, unos 50 comentarios de científicos sobre el cambio normativo de la Conabio y todos son adversos al proyecto de decreto presidencial.

A esos comentarios se sumó una carta oficial del Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leonardo Lomelí Vanegas, dirigida al titular de la Conamer, Alberto Montoya Martín del Campo, en la que expresa que la UNAM “lamenta el decreto emitido por el gobierno de México”, ya que “acota las atribuciones del grupo operativo que lleva a cabo las funciones de la Conabio”.

La carta enviada por el Rector este 15 de marzo de 2024, es un documento inédito e histórico, pues en el futuro podrá ser interpretado como una alerta preventiva contra un error que dañará al patrimonio natural de México, y dice:

“La UNAM lamenta el decreto presidencial y argumenta que ‘derivado de esta modificación se dificulta realizar de manera efectiva el trabajo interinstitucional, lo que significará un retroceso en la capacidad del Estado para abordar los desafíos ambientales y adaptarse a las fluctuaciones políticas, poniendo en riesgo el gran valor del capital natural de México”.

En tanto, los científicos inconformes, principalmente biólogos, buscan detener la desaparición del organismo creado en 1992 y que ha sido modelo para otros organismos similares en distintas partes del mundo y cuyo destino sólo depende de la publicación del citado decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF). , que no ha ocurrido, pero podría suceder inmediatamente después de que la COFEMER de luz verde al trámite.

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