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La fuga de capitales en México ha alcanzado cifras preocupantes, con una salida de 12,522 millones de dólares en los primeros meses de 2024.

La fuga de capitales en México ha alcanzado cifras preocupantes, con una salida de 12,522 millones de dólares en los primeros meses de 2024, según datos del Banco de México (Banxico). Este fenómeno ha sido atribuido a las recientes reformas económicas y fiscales impulsadas por el gobierno, que han generado incertidumbre entre los inversionistas nacionales e internacionales.

Desde la implementación de las reformas, ha habido un notable aumento en la percepción de riesgo asociado con el país. Expertos señalan que las modificaciones en las políticas tributarias y regulatorias han desincentivado la inversión, llevando a un retiro masivo de capitales. Las reformas han sido criticadas por su falta de claridad y su impacto negativo en el ambiente de negocios, afectando la confianza de los inversionistas.

Entre las medidas más controversiales se encuentra la reforma fiscal, que ha aumentado las cargas impositivas para las empresas y ha introducido nuevos impuestos. Esto ha generado una reacción adversa en el sector privado, que ve estas medidas como un obstáculo para el crecimiento y la competitividad. Además, la incertidumbre sobre la dirección futura de la política económica ha exacerbado la situación.

Banxico ha expresado su preocupación por la magnitud de la fuga de capitales y su impacto en la economía nacional. La salida de inversiones no solo afecta la estabilidad financiera del país, sino que también pone en riesgo el crecimiento económico y la creación de empleo. El banco central ha instado al gobierno a reconsiderar algunas de las reformas y a buscar un equilibrio que promueva la estabilidad y la confianza en el mercado.

Las autoridades gubernamentales, por su parte, defienden las reformas como necesarias para lograr una mayor equidad fiscal y fortalecer la economía a largo plazo. Sin embargo, reconocen la necesidad de ajustar algunas de las políticas para mitigar los efectos negativos y recuperar la confianza de los inversionistas. La situación sigue siendo un desafío significativo para la administración, que debe balancear sus objetivos de reforma con la estabilidad económica y la atracción de inversiones.

 

Por Luis Martínez Alcántara.

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