Por Luis Martínez Alcántara
El gobierno talibán de Afganistán ha ratificado una nueva ley que refuerza las restricciones sobre las mujeres, prohibiendo que sus voces se escuchen en público, ya sea hablando, cantando o recitando. Esta normativa, que obliga a las mujeres a cubrirse el rostro y el cuerpo, forma parte de la ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, que implementa la interpretación más estricta de la ley islámica, conocida como sharia.
La ley, que consta de 35 artículos, también aborda regulaciones sobre la vestimenta masculina y los medios de comunicación, imponiendo un control más estricto sobre la población. Además, se prohíbe a los conductores transportar mujeres adultas sin la presencia de un tutor masculino. Estas medidas reflejan la política talibán de reforzar el control social bajo su régimen de facto.
El portavoz del Ministerio de Justicia, Barkatullah Rasooli, justificó la ley afirmando que está diseñada para mantener la paz y la fraternidad, mientras que el ministro de la Virtud y el Vicio, Mohammad Khalid Hanafi, destacó que la implementación de la sharia es innegociable. Las normas también incluyen restricciones para los hombres, como la prohibición de usar corbata o afeitarse la barba por debajo de un puño.
Esta ley representa un retroceso significativo en los derechos de las mujeres en Afganistán, quienes ya han enfrentado múltiples restricciones desde el regreso al poder de los talibanes hace tres años. La uniformidad y el rigor del castigo, ahora formalizados en esta ley, aseguran un cumplimiento estricto, consolidando aún más el régimen autoritario de los talibanes.
Con la ratificación de esta ley, Afganistán se adentra en un periodo de mayores limitaciones a las libertades individuales, afectando principalmente a las mujeres. La comunidad internacional sigue observando con preocupación cómo el régimen talibán continúa implementando su versión más estricta del islam en el país, con consecuencias devastadoras para los derechos humanos.