Destacan desorden e impunidad a los daños que ocasionan las cerveceras, los residenciales, el tren Maya, que lo logrado en acuerdos por el medio ambiente con las granjas, ya quedó rebasado.

Que las fábricas cerveceras, el tren Maya, las inmobiliarias afectan zonas más sensibles ecológicamente en Yucatán, denuncian pobladores y aseguran que después de lograr avances y acuerdos de convivencia con las granjas avícolas y porcícolas que tuvieron que modernizarse en sus procesos de producción ahora enfrentan un nuevo problema con la construcción  de una fábrica de cerveza de la compañía neerlandesa Heineken, planeada sobre 131.5 hectáreas en el municipio de Kanasín, cercano a Mérida, la capital del estado. Con una inversión de unos 500 millones de dólares, la planta cervecera operaría en algún momento de este año, con una demanda de dos litros de agua por uno de cerveza gracias a una planta tratadora de residuos.

La nueva planta cervecera se suma a la voracidad de los monopolios inmobiliarios y la red de toda una mafia agraria, de los gasoductos, de centrales eléctricas de ciclo combinado (que consumen gas) y del Tren Maya y la presencia de las granjas, lo peor de todo el boom de crecimiento es la deforestación, los efectos de la crisis climática y los problemas de agua que se empiezan a sentir, sea por la escases y contaminación de las aguas en el subsuelo por las aguas residuales, de las grandes descargas de decenas de residenciales que se han construido sin medir las consecuencias a los habitantes de las comisarias y municipios aledaños.

Yameli Aguilar, socia fundadora de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst, señaló la existencia de una “hiperfragilidad mayor” en la región debida al crecimiento urbano desordenado y al turismo depredador, un conjunto de problemas acumulados y agravados.

“Este tipo de proyectos ya es muy preocupante, debido a que el problema principal es que hay el gran mito de que en la península hay mucha agua. Si bien hay ciertas zonas que reciben una precipitación importante, la realidad es que la mayor parte se filtra en los acuíferos”, explicó a IPS desde Mérida.

La evaluación ambiental del proyecto, sometida a consulta pública en noviembre, menciona el desmonte de 131,5 hectáreas, omite la mención a una evaluación de riesgos y excluye la ponderación de cuencas y acuíferos sobreexplotados.

Revelan pobladores denunciantes que no quieren vivir como lo que está pasando en Hunucmá, que desde 2017 opera la planta cervecera, propiedad de Grupo Modelo -filial mexicana del grupo belga Anheuser Busch InBev, el mayor productor mundial de cerveza-, en Hunucmá,  municipio situado a unos 38 kilómetros al norte de Kanasín.

En el  2022, Anacleto Cetina, maestro maya e integrante del no gubernamental Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán, regaba su terreno de cítricos, zapote y plantas nativas, situado enfrente de la empresa, con agua de su pozo cuando brotó también lodo.

“En época seca, los pozos bajan mucho el nivel, hay menos agua. Las empresas echan residuos en pozos que perforan y eso tiene otra consecuencia, porque la acidez contamina el suelo. Hay mucha devastación”.

El también cronista de Hunucmá, que tenía 28 mil 412 habitantes en 2020, previno un “deja vú” en Kanasín. “La empresa no dice nada, las autoridades no dicen nada. Es una cosa en contra nuestra, es algo muy serio. Van a tener el mismo problema. Allí los pozos son más profundos, pero igual se van a contaminar. Las autoridades no investigan y les van a dar los permisos”.

Cabe reiterar que la península se caracteriza por tener suelo kárstico, un tipo de terreno que se forma por la disolución de rocas como la caliza o yeso por agua de lluvia o de cuerpos hídricos. Por lo mismo, es un terreno de absorción rápida y de hundimiento fácil.

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