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Por Redacción

Los Ángeles, 30 de diciembre de 2025. – El influencer y exconcursante de reality shows Tylor Chase fue visto nuevamente en situación de calle en el centro de Los Ángeles y consumiendo metanfetaminas apenas días después de haber sido hospitalizado y sometido a una retención psiquiátrica involuntaria de 72 horas (5150 hold) por crisis de salud mental y adicción severa, según múltiples testigos, videos virales y declaraciones de personas cercanas publicadas entre el 28 y 30 de diciembre.

Tylor Chase, de 29 años, conocido por su paso por Big Brother (versión estadounidense) y su popularidad en TikTok e Instagram con millones de seguidores, había sido ingresado de emergencia alrededor del 25 de diciembre en un centro de salud mental en el sur de California (área de Riverside/Los Ángeles) tras un colapso público y consumo visible de sustancias. Familiares y amigos confirmaron que recibía atención psiquiátrica intensiva por adicción a metanfetaminas y trastorno bipolar no tratado, con un diagnóstico adicional de esquizofrenia en algunos reportes. Se esperaba que el tratamiento incluyera al menos 60 días de supervisión médica, medicación estabilizadora y traslado a un programa de rehabilitación ambulatoria o residencial.

Sin embargo, Chase abandonó el centro contra recomendación médica hace aproximadamente 10 días, negándose a continuar con el seguimiento y la medicación. Videos y fotografías difundidas en Reddit, X y TikTok lo muestran durmiendo en aceras de Skid Row, pidiendo dinero en intersecciones y consumiendo metanfetaminas en la vía pública bajo condiciones de frío extremo, sin zapatos ni abrigo adecuado. Testigos reportaron haberlo visto rechazando ayuda de equipos de outreach de organizaciones como Midnight Mission, Union Rescue Mission y LA Homeless Services Authority, y algunos afirmaron que lo observaron fumando drogas directamente en las calles el 29 de diciembre.

Shaun Weiss (exactor de The Mighty Ducks) y Jacob Harris (influencer local que ha seguido su caso) confirmaron públicamente que Chase salió del hospital sin traslado a detox o rehab, y que ha regresado a un ciclo de recaída severa. Weiss, quien ha hablado abiertamente de su propia lucha contra las adicciones, publicó en X: “Tylor está de nuevo en las calles fumando meth después de que lo liberaran del hold. Está en negación total y rechaza cualquier ayuda. Esto es muy triste”. Familiares, incluido su padre Joseph Mendez Jr., han expresado preocupación en entrevistas con TMZ y Daily Mail, confirmando que Chase está en una fase de negación profunda y que rechaza cualquier intervención, diciendo que “necesita vivir libre”.

La Policía de Los Ángeles (LAPD) y el Departamento de Salud Mental del condado de Los Ángeles no han emitido declaraciones oficiales específicas sobre su caso, pero fuentes policiales explicaron que, una vez “cleared” tras el hold de 72 horas y sin representar peligro inminente para terceros, no pueden obligarlo a tratamiento involuntario prolongado bajo las leyes de California (Código de Bienestar e Instituciones, sección 5150 y 5250). Esto limita las opciones a intervenciones voluntarias o judiciales de largo plazo, que requieren evidencia de riesgo grave para sí mismo o para otros.

El caso ha generado una ola de preocupación en redes sociales con el hashtag #PrayForTylorChase, donde miles de fans y activistas piden una intervención familiar o judicial urgente para evitar un desenlace fatal. Organizaciones como NAMI (National Alliance on Mental Illness), la fundación de Matthew Perry y centros de salud mental locales han compartido mensajes recordando que la recaída es común en trastornos duales (adicción + enfermedad mental grave) y que el acceso continuo a tratamiento, medicación y apoyo social es esencial para romper el ciclo.

Tylor Chase no ha hecho publicaciones públicas desde su salida del tratamiento. Su último post en Instagram, del 15 de diciembre, mostraba una foto borrosa con la leyenda “Estoy bien, solo necesito espacio”. Amigos cercanos insisten en que necesita apoyo inmediato antes de que su estado físico y mental empeore irreversiblemente, destacando que ha tenido ciclos similares en años anteriores pese a intentos previos de rehabilitación.

El caso de Chase resalta una vez más la fragilidad de la recuperación en personas con exposición pública, diagnóstico dual y acceso limitado a sistemas de seguimiento post-tratamiento en California, donde miles de individuos enfrentan recaídas similares cada año en medio de una crisis de personas sin hogar y adicciones en Los Ángeles. Familiares y allegados han pedido privacidad mientras buscan opciones para ayudarlo, aunque reconocen que sin su consentimiento voluntario las posibilidades son limitadas.