Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente Andrés Manuel López Obrador realizó un total de mil 435 conferencias mañaneras a lo largo de su mandato. Este ejercicio le permitió informar de manera directa a los ciudadanos, sin la intermediación de los medios tradicionales, creando un vínculo sólido con el público.
AMLO utilizó las mañaneras para hablar de temas clave de su gobierno y responder a preguntas de periodistas, lo que le permitió construir una conexión cercana con las y los mexicanos.
Este formato de comunicación diaria fue inédito en la política mexicana. A través de él, AMLO logró posicionar su agenda y mantener una presencia constante en los hogares del país. Con un estilo informal y accesible, las mañaneras se convirtieron en un puente entre el presidente y la ciudadanía, permitiéndole fortalecer su relación con sus simpatizantes al tiempo que consolidaba su imagen como un líder cercano y transparente.
Las conferencias también fueron una herramienta para que AMLO conectara emocionalmente con el pueblo. Sus constantes referencias a temas de justicia social y lucha contra la corrupción resonaron entre millones de personas. Así, utilizó este espacio para amplificar su discurso y marcar su distancia de las élites políticas tradicionales, algo que fue central en su estrategia de comunicación.
Sin embargo, las conferencias no estuvieron exentas de críticas. Luis Estrada, analista de Spin Taller de Comunicación Política, señaló que en muchas ocasiones se presentaba información falsa o no verificable. Según Estrada, AMLO emitió más de 100 afirmaciones inexactas por conferencia, lo que cuestiona el compromiso con la transparencia y coloca la mañanera como un ejercicio propagandístico más que informativo.
Finalmente, los críticos de AMLO sostienen que estas conferencias, en lugar de ser un espacio de rendición de cuentas, se convirtieron en el único elemento real de su agenda diaria. Según Estrada, las mañaneras fueron el medio a través del cual el presidente evadía cuestiones clave y monopolizaba el discurso público con afirmaciones inexactas, dejando de lado otros compromisos gubernamentales.