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El Vaticano autorizó la apertura del sepulcro de Santa Teresa de Jesús, fundadora de las Carmelitas Descalzas, después de 110 años de haber sido sellado.

Por Luis Martínez Alcántara 

 

CIUDAD DE MÉXICO.- En un acontecimiento histórico, el Vaticano autorizó la apertura del sepulcro de Santa Teresa de Jesús, fundadora de las Carmelitas Descalzas, después de 110 años de haber sido sellado.

Los restos de la santa descansan en la iglesia de la Anunciación en Alba de Tormes, Salamanca. Este evento busca profundizar en el conocimiento de la vida y legado de Santa Teresa y lo lleva a cabo un grupo de médicos y científicos de Italia.

El objetivo principal de la apertura es examinar y conservar las “reliquias mayores” de Santa Teresa, que incluyen desde su corazón hasta su brazo. Los especialistas siguen directrices del Dicasterio de las Causas de los Santos del Vaticano. Este tipo de análisis permite a la ciencia y la fe colaborar para obtener un mayor entendimiento sobre la figura de la santa.

Miguel Ángel González, padre prior de Alba y Salamanca, destacó en una entrevista a RTVE que “la fe y la ciencia se ayudan mutuamente y son reconciliables”. A través de la ciencia, esperan descubrir más sobre Santa Teresa y fortalecer el conocimiento de su vida y obra, lo cual es de gran interés tanto para la comunidad religiosa como académica.

Se espera que el análisis inicial que se realiza en Alba de Tormes, se extienda hasta el viernes, para luego continuar en Italia, donde se elaborarán recomendaciones adicionales sobre la conservación de los restos. Este proyecto es respaldado por la Orden del Carmelo Descalzo y el Vaticano, debido a su relevancia histórica y espiritual.

Santa Teresa de Jesús, nacida en 1515 en Gotarrendura, cerca de Ávila, fue una mística y reformadora religiosa que fundó la Orden de las Carmelitas Descalzas. Su legado ha perdurado por siglos, y su obra literaria es considerada un pilar en la literatura mística cristiana. Fue canonizada en 1622 y en 1970 fue nombrada Doctora de la Iglesia.

La última vez que se abrió el sepulcro fue en 1914, cuando se tomó la única fotografía existente del cuerpo de la santa, que es ahora crucial para evaluar su estado de conservación. La apertura actual es un esfuerzo por preservar y comprender mejor la historia de una de las figuras más importantes del catolicismo.

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