Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- En la primera quincena de agosto, la inflación en México dio señales de alivio al registrar una desaceleración por segunda quincena consecutiva. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró una disminución quincenal de 0.03%, ubicando la tasa anual en 5.16%, por debajo del 5.52% registrado en la segunda mitad de julio.
Sin embargo, el nivel de inflación sigue fuera del rango objetivo del Banco de México (Banxico).
Este resultado sorprendió al mercado, que esperaba una desaceleración, pero no tan pronunciada. Un sondeo de Reuters proyectaba una tasa anual de 5.33%.
La corrección en productos agropecuarios, que habían presionado los precios en meses anteriores, contribuyó a esta moderación en la inflación, según Alejandro Saldaña, economista en Jefe de Ve por Más (Bx+). A pesar de la mejora, los analistas advierten que las presiones inflacionarias siguen siendo significativas.
En los últimos meses, la inflación había generado preocupación debido a su resistencia a bajar, lo que llevó a Banxico a mantener su tasa de interés en 11%. Sin embargo, a principios de agosto, el banco central decidió recortarla en 25 puntos base.
Aun así, algunos miembros de la Junta de Gobierno, como Jonathan Heath, se mostraron cautelosos respecto a futuros recortes, advirtiendo que la reducción de tasas debe ser gradual y con base en la evolución de la inflación.
Aunque los datos son alentadores, los analistas advierten que la tendencia a la baja podría no mantenerse en los próximos meses. A pesar de la desaceleración, la inflación sigue siendo una preocupación, y Banxico podría seguir ajustando su política monetaria en función de la evolución de los precios.
