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Las personas juzgadoras deben auxiliarse de los avances tecnológicos en la neurociencia para resolver asuntos jurídicos complejos

Por Abel López Jiménez

 

Las personas juzgadoras deben auxiliarse de los avances tecnológicos en la neurociencia para resolver asuntos jurídicos complejos y que su resolución no se obtenga sólo de la presentación de pruebas tradicionales, sino que se incorporen las obtenidas mediante el estudio del cerebro, asegura Magdalena Victoria Oliva, Jueza adscrita al Juzgado Quinto de Distrito Especializado en Ejecución de Penas.

 

Precisó que para incorporar las pruebas obtenidas por medio del estudio del cerebro, se debe realizar, en particular, un análisis de la inteligencia y de las emociones de quienes participaron en un hecho, el cual se dirime en juzgados y tribunales.

 

Al participar en una emisión del podcats “Reflexiones desde el Consejo”, que se difunde a través de las redes sociales del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), la jueza Oliva mencionó que “la unión entre togas negras y batas blancas” debe ser una realidad para lograr una mejor justicia sustentada en los avances tecnológicos de que se disponen en el Siglo XXI.

 

Mencionó que desde hace más de 14 años se realizan estudios para analizar el comportamiento humano, a través de pruebas que vayan más allá del interrogatorio psicológico o psiquiátrico y que incorporen nuevos elementos como las neuroimágenes, que se obtienen con el movimiento de diferentes partes del cuerpo humano.

 

Para aprovechar estos avances, dijo, es necesario que el estudio de las neurociencias aplicadas al derecho inicie desde la formación de los estudiantes en las universidades y que se deje de considerar a la medicina y al derecho como profesiones aisladas, pues su conexión es manifiesta, por ejemplo, cuando un médico se convierte en perito.

 

Por tal razón, señaló que el aprovechamiento de la neurociencia aplicada al derecho hace necesario que los abogados conozcan sobre medicina.

 

En la emisión, la juzgadora presentó una amplia explicación sobre la evolución de los estudios realizados sobre el cerebro humano y su utilización en el terreno jurídico.

 

Aclaró que no se pretende que estas innovaciones sean aplicadas en todos los casos, aunque lo deseable es su uso en la resolución de asuntos complejos, pues a través de ellas se pueden obtener análisis valiosos para las diferentes etapas de los procesos judiciales.

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